“El modelo empresarial en el ámbito sanitario, si adoptado de manera indiscriminada, en cambio de optimizar los recursos disponibles, corre el riesgo de producir descartes humanos.
Lo indicó este viernes el papa Francisco al dirigirse a los participantes en el encuentro promovido por la Comisión para el servicio de la caridad y la salud, de la Conferencia Episcopal Italiana, con ocasión de los 25 años de la Jornada Mundial del Enfermo y de los 20 años de la oficina nacional para la pastoral de la salud.
“Si hay un sector –señaló Francisco– donde la cultura del descarte evidencia sus dolorosas consecuencias, es precisamente el sanitario. Cuando la persona enferma no se coloca en el centro y no se considera su dignidad, se generan actitudes que pueden llevar incluso a especular sobre las desgracias de los demás. ¡Y esto es muy grave! Es necesario vigilar, sobre todo cuando los pacientes son ancianos con una salud muy comprometida, si sufren patologías graves y costosas para su cuidado, o son particularmente difíciles, como los enfermos psiquiátricos”.
Por todo ello, “si se adopta de forma indiscriminada el modelo empresarial en el sector sanitario, en lugar de optimizar los recursos disponibles, se amenza de producir descartes humanos. Optimizar los recursos significa utilizarlos de forma ética y solidaria y no penalizar a los más frágiles”. Invitó también a que se impulse la investigación en lo que respecta a las enfermedades raras y descuidadas, con el peligro de permitir ulteriores sufrimientos.
El Pontífice alabó el trabajo de los numerosos agentes sanitarios y de los voluntarios que “humanizan la vida de tantos enfermos y ancianos solos, pobres e indigentes” y señaló su asombro por el rol de los voluntarios en Italia, de las parroquias en impulsarlos.
“Que no sea sólo el dinero –exhortó el Papa– el que orienta las decisiones políticas y administrativas, llamadas a salvaguardar el derecho a la salud garantizado por la Constitución italiana, ni las decisiones de los que dirigen los lugares de atención sanitaria”, dijo. Y añadió: “Que nadie quede indiferente ante la creciente pobreza sanitaria entre las fajas más pobres de la población, debida a la dificultad de acceso de los cuidados, y que se multipliquen los esfuerzos de todos para que los derechos de los más débiles sean protegidos”.
Invitó también a visitar a los enfermos que están en su casa, solos, “para que no se sientan excluidos por la comunidad y puedan experimentar, a través de la cercanía quienes les visitan, la presencia de Cristo que pasa hoy en medio de los enfermos en el cuerpo y en el espíritu”.
Francisco explicó que entre los objetivos dados por el papa san Juan Pablo II a la Jornada Mundial del Enfermo, además de la promoción de la cultura de la vida, está el de impulsar en las diócesis, en las comunidades cristianas y en las familias religiosas, la importancia de la pastoral sanitaria,
Concluyó invocando a María, Salud de los enfermos, para que las heridas que se quedan en el cuerpo, a imagen de las del Señor Resucitado, “sean llagas transfiguradas por el amor”.