«Para entrar en la habitación de un enfermo y llevar la buena noticia de Jesús hay que tener vocación y haber sido enviado por el Señor»

 


Cuando hablamos de la atención a los enfermos se nos vienen a la cabeza todos esos médicos, enfermeras, enfermeros, celadores y todo el personal que trabaja en los hospitales. Entre ese personal, hay una figura que tal vez pasa un poco más desapercibida, y es la del capellán de hospital. Una figura que se está exponiendo de la misma manera a esta pandemia del coronavirus con la finalidad de sanar el alma de los enfermos. Hablamos de esa atención espiritual con el delegado de Pastoral de la Salud, Fernando Carmona.

Pregunta-Usted que conoce bien a los capellanes de la diócesis ¿cómo es su labor, sobre todo ahora en este tiempo de pandemia?

Respuesta- Aunque sé que a ellos no les gusta que definamos su trabajo como una hazaña, esta labor tan bonita que realizan en los hospitales, hoy por hoy, se ha vuelto muy complicada y requiere de mucha entereza para poder seguir atendiendo a los enfermos y a los familiares como se merecen, desde un punto espiritual y religioso.

P- Además de delegado de Pastoral de la Salud, usted es médico en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz… ¿Cómo se acoge entre los profesionales sanitarios la figura de un sacerdote en un hospital?

R- Por lo general bien porque, entre otras cosas, tenemos que partir de que existe un acuerdo Iglesia-Estado en el que la figura de capellán está contemplada y debe existir en todos los hospitales públicos y se le trata como a cualquier otro profesional que trabaja en el hospital. Además de este aspecto legal, la experiencia es buena porque los profesionales sanitarios, ya sean creyentes o no, valoran y ven en la figura del sacerdote cuando se acerca al enfermo a una persona más que ayuda en esa atención integral que pretendemos siempre con el paciente y la familia.

P- ¿Y los enfermos, cómo ven la presencia de un cura entre los pasillos de un hospital?

R- Al igual que ocurre con los profesionales sanitarios, hay enfermos creyentes y otros que no lo son. También hay que partir de la base de que la mayoría de las personas que están en el hospital son creyentes, por lo que la figura del sacerdote siempre viene bien, porque saben que les ayuda a sacar esos interrogantes que tienen las personas y que salen, sobre todo, en esos momentos de sufrimiento y dificultad. Por todo ello, el capellán ayuda muchísimo en esa atención espiritual y religiosa, al igual que el médico ayuda en lo físico y en lo biológico. En el caso de que el enfermo no practique nuestra religión, el capellán tiene herramientas para abordar esa atención espiritual.

P- La pasada semana mandó usted una carta a la diócesis en la que ponía de relieve el riesgo que supone esa misión que realizan los capellanes de hospital, porque realmente, hoy por hoy, la labor de los capellanes se puede comparar a la que realizan los misioneros en zonas deprimidas o de conflicto. ¿Cree que somos conscientes del servicio que están prestando en estos momentos los sacerdotes de nuestra diócesis en esa atención espiritual?

R- Mi objetivo cuando escribí esa carta era reconocer que muchas veces no estamos tan pendientes o no nos damos cuenta de la labor que ellos están haciendo, sobre todo en estos tiempos de pandemia, que requiere desarrollar su trabajo con EPIS. Mi intención es poner de manifiesto que el hospital en estos momentos es como si fuera tierra de misión. Si uno no tiene vocación y ha sido enviado por el Señor, difícilmente entra en una habitación de un enfermo para llevar la buena noticia de Jesús.

P- El Padre José Díaz, capellán del Hospital Puerta del Mar, nos dejaba la pasada semana víctima del coronavirus. Imagino que usted le conocía, ¿cómo era el padre José?

R- Ha sido una pena tremenda lo del padre José porque en el ámbito hospitalario era una persona buena, responsable y muy querida por los profesionales sanitarios. Siempre estaba atento a los enfermos, se hacía querer. Destacaría su sentido del humor. Siempre tenía con el enfermo una palabra simpática, una historia, un chiste… algo que al paciente y a la familia hacía que se acordarán de él y dijeran «hay que ver lo bien que se ha portado conmigo y que simpático es este hombre». En el hospital le estamos echando mucho de menos. Me encuentro diariamente con compañeros que me dicen «que lástima lo del padre José» y me preguntan cómo se encuentran el resto de capellanes.

P- Precisamente eso le quería preguntar, ¿cómo están el resto de capellanes tras lo sucedido, tienen miedo?

R- Miedo tenemos todos porque es una situación muy complicada. Evidentemente, los primeros que tienen miedo son los enfermos y sus familiares, pero también nosotros los profesionales y los capellanes. Ese miedo se supera con la valentía y diciéndose a uno mismo «aquí estamos, sabemos por lo que estamos y hemos sido enviados por el Señor». Cuando uno se pone la bata o se pone el EPI el miedo se olvida y no queda más remedio que tirar para adelante.

P- Si bien es verdad que la primera ola de la pandemia no afectó tanto como en otras poblaciones a nuestra provincia, esta segunda ola sí que parece que está siendo más dura. ¿Cómo lo estáis viviendo en el hospital?

R- Es verdad que está siendo más complicado. No nos ha cogido por sorpresa como la primera vez pero sí es verdad que no ha sido hasta hace unos días cuando ha salido a la luz la dificultad que está teniendo. Llevamos muchísimos más casos que en la primera ola, más hospitalizaciones, situaciones muy graves… y es más duro por todos los meses que llevamos ya acumulados con esta situación, pero no nos queda otra que mirar hacia delante y ver lo que todavía nos queda por vivir. Tampoco podemos quedarnos con una perspectiva pesimista. A pesar de la dureza y la dificultad que tiene este momento tenemos que mirar al futuro con esperanza y hacer que salgan cosas positivas, rezar mucho por los enfermos y por los profesionales de la salud.

P- Aprovechamos también para hablar de la Pastoral de la Salud, ¿cómo estáis viviendo esta situación y cómo estáis llevando a cabo vuestro trabajo?

R- Pues de una manera muy intensa porque si ya habitualmente el trabajo de los grupos parroquiales, los voluntarios de la pastoral, los capellanes, la Hospitalidad Nuestra Señora de Lourdes… es constante, ahora con la pandemia hemos intentado incidir más en algunos aspectos que veíamos que eran muy necesarios como: la atención a las personas mayores que están en casa, la dificultad que existe para visitarlos suplirla con una llamada de teléfono o videollamada, hemos planteado nuevos proyectos de atención a profesionales sanitarios, que por la dureza de su trabajo estos últimos meses necesitan un apoyo y una atención más espiritual, proyectos de atención a personas que han perdido a un ser querido, atención en el duelo… Intentamos ofrecer todo aquello que en este tiempo de pandemia se puede echar un poco más en falta.

 

MAÑANA A LAS 9.00H RETRANSMISIÓN EN DIRECTO DE LA MISA EXEQUIAL CORPORE INSEPULTO DEL RVDO P. JOSÉ DÍAZ LÓPEZ (Ya su grabación)



Muere por coronavirus José Díaz, capellán del Hospital Puerta del Mar de Cádiz

 


El capellán del Hospital Puerta del Mar, José Díaz, ha fallecido la pasada noche víctima del coronavirus. El padre Díaz, que era también vicario parroquial de la iglesia de San José en la capital, había ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del centro médico hace unos días al evolucionar negativamente su enfermedad.

El sacerdote fallecido había asistido a muchos de los enfermos de Covid que son atendidos en este hospital, y como otros miembros de la Iglesia se han visto afectados por el virus tras realizar su labor asistencial.

Hace unos días, el el delegado de la Pastoral de la Salud, Fernando Carmona, destacó que el de José Díaz no era el único caso de contagiados por esta enfermedad entre los capellanes de la diócesis, resaltando entonces que "algunos ya han estado en aislamiento por contactos estrechos" o han sufrido el virus.

"Previa a esta situación de pandemia el trabajo realizado en los centros hospitalarios siempre ha sido encomiable, pero en estos meses de gran dificultad para todos, es justo reconocer la valentía con la que han afrontado una misión especialmente difícil", resalta el responsable de la Pastoral de Salud respecto a los capellanes, que habla de “hazaña” de estos sacerdotes en la atención a los enfermos de Covid. "Las circunstancias tan especiales que rodean la visita al enfermo por coronavirus hacen que la parábola del Buen Samaritano se haga realidad en nuestros hospitales a diario gracias a nuestros capellanes", añade.

La Pastoral de la Salud pide orar por los capellanes de hospital

Queridos amigos, conocemos de sobra la labor que durante años han realizado los miembros de la Pastoral de la Salud en nuestra diócesis, y de igual forma, como hemos redoblado esfuerzos para en este tiempo de pandemia, estar aún más atentos a las necesidades de aquellos que sufren.

Permitidme con estas palabras, hacer una mención de forma especial a la labor realizada por los capellanes de hospitales. Como os decía, previa a esta situación de pandemia el trabajo realizado en los centros hospitalarios siempre ha sido encomiable, pero en estos meses de gran dificultad para todos, es justo reconocer la valentía con la que han afrontado una misión especialmente difícil. Creedme cuando os digo que la labor de llevar la Buena Noticia de Jesús de Nazaret en el hospital es un privilegio, y que este privilegio se convierte en hazaña cuando la enfermedad es la Covid-19. Las circunstancias tan especiales que rodean la visita al enfermo por coronavirus hacen que la parábola del Buen Samaritano se haga realidad en nuestros hospitales a diario gracias a nuestros capellanes. La cercanía, el cariño y la escucha son actitudes necesarias y agradecidas de forma especial por la persona que sufre, pero llevar la Sagrada Comunión y dar la posibilidad de recibir los sacramentos de la Penitencia y la Unción, son acontecimientos en los que la presencia del Señor se hace Viva y Real.

El riesgo que supone esta Misión nunca ha supuesto un obstáculo, tanto es así que algunos de nuestros capellanes han estado en aislamiento por contactos estrechos, otros han pasado la enfermedad, incluso como seguro que sabéis, a día de hoy, tenemos uno de ellos en situación clínica de gravedad en la unidad de cuidados intensivos debido a las complicaciones respiratorias de este virus.

Termino pidiendo algo que todos podemos hacer; REZAR.

Recemos lógicamente por todos los enfermos y sus familiares, y por todos aquellos que de una forma u otra sufren las consecuencias de esta dramática pandemia. Pero hoy de forma especial os pido que recemos por nuestros capellanes de hospitales, para que el Señor les acompañe en estos duros momentos, y de esta forma se hagan realidad las palabras de San Pablo:

“Todo lo puedo en Aquel que me da fuerzas” (Flp 4,13)

Fernando F. Carmona Espinazo

Delegado Diocesano Pastoral de la Salud

MARTES 3 DE NOVIEMBRE A LAS 19H, VIDEOCONFERENCIA ZOOM "FINAL DE LA VIDA EN SITUACIÓN DE PANDEMIA" Por Fernando Camona

 

Os invito a una interesantísima conferencia hoy martes 3 de noviembre a las 19h, siendo el ponente Dr. Fernando Carmona Espinazo, y con el título "FINAL DE LA VIDA EN SITUACIÓN DE PANDEMIA". Sabemos de la importancia de los cuidados paliativos para el enfermo y sus familiares. Podréis acceder a ella en directo ( bit.ly/zoomfianldelavida CONTRASEÑA 878147 ) y con posterioridad en cualquier momento en el enlace que les suministraré.


ID DE LA REUNIÓN: 937 7275 5169

CONTRASEÑA: 878147

En su disertación el doctor Fernando Carmona presentará la situación que se vive en los hospitales en los últimos meses pero especialmente en las unidades de cuidados paliativos que conoce bien. Intentará visibilizar aquello que durante los últimos meses -desde hace mas de siete- no se ha visto en las imágenes de televisión. 

VIDEOCONFERENCIA ZOOM EL MARTES 3 DE NOVIEMBRE A LAS 19H "FINAL DE LA VIDA EN SITUACIÓN DE PANDEMIA" Por Fernando Camona

 

En unos momentos en los que se piensa en sacar una ley de eutanasia, queremos defender la importancia de los cuidados paliativos para el enfermo y sus familiares.  Por eso os invito a una interesantísima conferencia el próximo martes 3 de noviembre a las 19h, siendo el ponente Dr. Fernando Carmona Espinazo,  Delegado de pastoral de la Salud de la diócesis de Cádiz y Ceuta, con el título "FINAL DE LA VIDA EN SITUACIÓN DE PANDEMIA". Podréis acceder a ella en directo ( bit.ly/zoomfianldelavida CONTRASEÑA 878147 ) y con posterioridad en cualquier momento en el enlace que les suministraré.


ID DE LA REUNIÓN: 937 7275 5169

CONTRASEÑA: 878147

En su disertación Fernando Carmona presentará la situación que se vive en los hospitales en los últimos meses pero especialmente en las unidades de cuidados paliativos que conoce bien. Intentará visibilizar aquello que durante los últimos meses -desde hace mas de siete- no se ha visto en las imágenes de televisión siempre desde una óptica de un cristiano y lo que representa el final de la vida. 

10 DE OCTUBRE. DÍA MUNDIAL DE LOS CUIDADOS PALIATIVOS. "CUANDO LLEGA LA MUERTE..."

 

Fernando Carmona, a la izquierda con bata blanca, junto a parte del equipo de la Unidad de Cuidados Paliativos.

Les recomiendo lean la entrevista publicada en el día de hoy en el diario de Cádiz:
“Nadie está preparado para morir”. Lo dice Fernando Carmona, médico internista de la Unidad de Cuidados Paliativos del Puerta del Mar. Cada día Fernando y sus compañeros ayudan a muchas personas a cruzar el umbral más temido. Porque a la hora de la verdad, cuando uno se mira al espejo y le pregunta a su reflejo:¿cumpliste tus sueños viejo?, ¿valió la pena?, afloran esos miedos que van cociéndose desde la infancia a fuego lento. Los años nos dan experiencia, pero no valentía, todo lo más resignación, como si resignarse no fuera en sí mismo una derrota. La muerte, la parca, la flaca, la fría, la señora, llámenla como quieran, nos espera como la certeza suprema. Y cuando su cercanía nos abruma es bueno tener a especialistas como Fernando Carmona al lado, no sólo para aliviar el dolor físico, también el del alma y la mente.

Este sábado se celebra el Día Mundial de los Cuidados Paliativos. Cada año tiene lugar el segundo sábado de octubre. Fernando Carmona relataba a este diario ayer viernes que “los cuidados que ofrecemos al final de la vida son un derecho que tiene el paciente y la familia. Ese derecho redunda en una mayor confortabilidad en una situación tan complicada como es el final de vida”.

Para un médico, por mucha experiencia que tenga, debe ser duro enfrentarse diariamente a la muerte. “Es duro sí, pero también es cierto que vivir estas experiencias supone un privilegio. Poder acompañar a la persona que va a fallecer y a sus familiares. Son situaciones donde se experimenta lo más profundo y lo más íntimo de la vida de una persona: los deseos, los miedos, las inquietudes... pero también se viven momentos de felicidad, aunque pueda parecer imposible, también hay momentos muy bonitos, muy emocionantes”. “Al final en la balanza está lo duro pero también todo lo gratificante que uno se lleva atendiendo a estas personas”.

“EL OBJETIVO ES QUE LA GENTE NO SUFRA. LA MUERTE HA CAMBIADO EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS”

Pero, ¿cómo se prepara a una persona para dejar de existir? “Es complicado ciertamente, porque ese miedo a la muerte existe siempre. Esa cuenta atrás se inicia, normalmente, con un diagnóstico. Los pacientes que más vemos nosotros tienen cáncer. En ese momento es cuando la persona empieza a vislumbrar un posible final y se hace muchas preguntas. ¿Cómo se prepara? Pues la preparación viene desde una atención, que es la que damos en paliativos, que es la atención global a las personas”, dice Fernando. Y prosigue. “Cuando un paciente nos llega con un diagnóstico de final de vida, que pueden ser días, semanas o meses, tratamos todos los aspectos biológicos de su enfermedad, si tiene dolor, si se asfixia, en fin los síntomas que vaya teniendo, pero también abordamos esa otra dimensión de la persona que es la situación sociofamiliar, la parte sicoemocional, las reacciones anímicas que tiene el paciente. Otro aspecto muy importante es el espiritual-religioso. Cuando a alguien se le dice que tiene una enfermedad mala las preguntas son: ¿voy a sufrir, me voy a morir, cuánto tiempo voy a durar…? pues bien muchas de esas preguntas están en esa dimensión espiritual. Hay preguntas trascendentales que se hace una persona. Nosotros conseguimos que la persona lo lleve lo mejor posible en ese final de su vida”.

La duda que nos surge es saber si las personas que creen en Dios soportan mejor esos duros momentos. “El dolor lo puede presentar un 60% de los pacientes, las náuseas un 40%, pero preguntas espirituales las hacen todos, y todos necesitan esa atención que les ofrecemos. Todos tenemos esa dimensión espiritual, cada uno la vive a su manera. En nuestra tierra la mayoría hacen referencia a Dios, y un número importante lo vincula a través de una religión, en este caso la cristiana. Yo no sé si el creyente lo lleva mejor o no, pero sí veo que el abordaje para nosotros es más factible, porque uno tiene una serie de herramientas que te ayudan”. “También nos encontramos con gente que te dice yo no creo en Dios, pero eso no quita que haya que intentar ayudarlo desde el punto de vista espiritual, porque preguntas tales como ¿he sido feliz, he hecho feliz a los demás, dejaré algún legado, me van a recordar?, se las hacen los pacientes independientemente de sus creencias religiosas”.

En tiempos de pandemia, la unidad de Cuidados Paliativos también ha sufrido. “Más que afectarnos es cierto que sobre todo la primera ola fue un shock para todos. Observamos que muchos pacientes de paliativos se quedaron en casa por miedo a venir al hospital y hubo gente que igual no tuvo la atención que necesitaba en esos momentos. Ahora estamos haciendo todo lo posible para que eso no vuelva a ocurrir y que la atención paliativa sea una de las prioridades en esta etapa de pandemia”.

Carmona reconoce que el objetivo fundamental de su unidad es “que la gente no sufra. Es cierto que hay sufrimiento que no es tratable pero no quiere decir que no sea acompañable. El tema del dolor, que es un síntoma muy concreto, también lo tratamos. Puede causar un sufrimiento, pero muchas veces ese sufrimiento no va acompañado de dolor sino de otros síntomas. Por ejemplo, en el caso del dolor, en un porcentaje importante se alivia muchísimo. La muerte ha cambiado en las últimas décadas”.

Los inicios

Los cuidados paliativos se iniciaron en la década de los 50 del siglo pasado en Canadá y llegaron a España en los 80. “Esto ha cambiado completamente la atención al final de la vida. No solamente por fármacos que podemos usar sino por esa atención global que comentaba antes, la atención sicológica, espiritual, el acompañamiento a la familia…”.

Pero, obviamente, no es lo mismo prepararse para morir con 90 años que con 40. “Indudablemente. Nadie está preparado para morir pero es cierto que conforme avanza la vida uno va asumiendo una serie de perspectivas que hace que se asuma de otro modo”.

“LA EUTANASIA NO TIENE SENTIDO. EL PACIENTE QUE MUERE EN PALIATIVOS NO LO HACE CON SUFRIMIENTO”

La Unidad de Cuidados Paliativos del Puerta del mar trata unos 300 pacientes al año. Cuenta con 14 camas, en habitaciones individuales, pero también hay pacientes que en determinados momentos están fuera de la unidad.

Reconoce Fernando que es importantísimo el trato con la familia. “La familia ayuda muchísimo en la atención al final de la vida. De hecho también hay que hacerse cargo de su atención, seguimos atendiéndolas en el duelo. Porque hay veces que es un duelo normal pero otras hablamos de un duelo patológico y hay que tratarlo”.

Por último, preguntamos a Fernando su opinión sobre la eutanasia. “Nosotros tenemos una postura clarísima en este aspecto. La eutanasia no tiene sentido, además de por muchas perspectivas que podíamos hablar, antropológicas, sociológicas, filosóficas, las que quieras, porque teniendo unos buenos cuidados paliativos no tiene sentido la eutanasia. La experiencia nuestra es que el paciente que fallece en paliativos no lo hace con sufrimiento. Hay alternativas a acabar con la vida de una persona”.

El motivo de la entrevista es porque hoy se celebra el Día Mundial de los cuidados paliativos. Una modalidad terapéutica poco difundida en el mundo, que busca ayudar, apoyar y mejorar, la situación de los pacientes terminales y sus familias, para que puedan afrontar de mejor manera, la partida de ese ser querido.

Los cuidados paliativos, un derecho esencial

Hoy en día, la Organización Mundial de la Salud ha decretado que los cuidados paliativos son un derecho esencial para todas las personas. Sin embargo el 50% de los enfermos terminales de todo el mundo jamás lo reciben y el 75% muere con dolor emocional.

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EL PASADO 17 DE MAYO, LA CATEDRAL REABRIÓ EL CULTO CELEBRANDO LA PASCUA DEL ENFERMO


Hace dos DOMINGOS, el 17 de Mayo,  LA CATEDRAL REABRIÓ EL CULTO CELEBRANDO LA PASCUA DEL ENFERMO.

Fernando F. Carmona Espinazo, Delegado Diocesano Pastoral de la Salud, estuvo presente guardando todas las medidas de protección; incluida la toma de temperatura como se realizó INCLUSO EL SR OBISPO. También nos acompañaron voluntarios del equipo pastoral, representantes de la Hospitalidad Nuestra Señora de Lourdes, sanitarios, enfermos, capellanes de hospital y un reducido grupo de fieles.


Mons. Zornoza afirmó que “ante la crisis de fe que vive el mundo y ante la mundanidad que se cuela dentro de la Iglesia debemos volver a esa experiencia del Espíritu Santo que purifica nuestro corazón y nuestra mente”.
Por último, el prelado manifestó que “vivir el consuelo de la fe nos enseña a afrontar la enfermedad, las dificultades, a ofrecer nuestra vida y a superar incluso nuestros intereses particulares para entregarnos a los demás, como se ha visto con tantos sacerdotes, sanitarios y enfermos que se han acogido mediante su fe al Señor”.

La Pastoral de la Salud continúa ofreciendo atención durante la desescalada de la pandemia. Por FERNANDO CARMONA


Poco a poco nos vamos incorporando a un ritmo de vida que tiempo atrás hemos añorado y deseado. Volvemos a poder estar con nuestros seres queridos, tener contacto con nuestros vecinos, hacer vida en la comunidad parroquial, celebrar culto de forma presencial… y afortunadamente vamos olvidando los terribles días vividos en esta pandemia de coronavirus. A la vez, sabemos que debemos seguir siendo cautelosos con algunas medidas que nos protegen de posibles nuevos contagios.
Es ahora, recordando las experiencias y sentimientos vividos, cuando pueden aparecer sentimientos y estados de ánimo que creíamos superados o que no ocurrirían en nuestro caso.
De igual forma, observamos que muchas personas de nuestro alrededor siguen necesitando nuestra ayuda, en muchas ocasiones por circunstancias que aparecen tras este tiempo de confinamiento. La soledad sigue estando presente, se recuerdan los seres queridos que fallecieron y de los que no nos pudimos despedir, llega la crisis económica,…
Con todo, los cristianos nos caracterizamos por ser personas de Esperanza. Una Esperanza con mayúsculas que está fundada en la Misericordia infinita de Dios Padre, en Jesucristo muerto y resucitado y en el Espíritu Santo, que recibimos en Pentecostés y que es dador de vida.
Por ese motivo, desde la Pastoral de la Salud, seguimos ofreciendo todos aquellos proyectos que veníamos realizando previamente a esta pandemia y por supuesto también los iniciados días atrás.
Los grupos parroquiales de pastoral de la salud, la asistencia en hospitales, la Hospitalidad Nuestra Señora de Lourdes, la atención a profesionales sanitarios, el equipo de apoyo a situaciones de duelo, la asistencia religiosa por medio de la oración y los sacramentos en los domicilios, el acompañamiento en situaciones de soledad…, Si necesitas nuestra ayuda o bien quieres colaborar con nosotros, no dudes en ponerte en contacto a través de tu parroquia más cercana o por nuestro correo electrónico pastoralsalud@obispadocadizyceuta.es. Será un privilegio poder seguir prestando nuestro servicio de llevar la Buena Noticia de Jesús de Nazaret a aquellos que más lo necesitan.
“En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común” (1Cor 12,7)
Fernando F. Carmona Espinazo
Delegado Diocesano Pastoral de la Salud

“Atención espiritual ante el sufrimiento por enfermedad” por Fernando Carmona Espinazo


Hoy les recomiendo el vídeo de la quinta sesión del "Ágora en tiempo de pandemia" pues creo que con un lenguaje cercano y claro nos llevará a una reflexión profunda.. 

El hombre frente a la enfermedad se siente impotente, vulnerable, sufre con el dolor y con la limitación que en ocasiones supone la enfermedad. 

La pandemia del Coronavirus nos ha mostrado a toda la humanidad lo frágil que es nuestra vida y el valor que tiene para ella gozar de salud. El rostro más amable de esta pandemia ha sido descubrir el trabajo incansable de los profesionales de la sanidad y los cuidados de los ancianos que en ocasiones han sido olvidado. La cercanía necesaria con la que han tratado a nuestros enfermos, ancianos, etc.  humanizado la salud en los momentos de la soledad con la que se han tenido que enfrentar a la enfermedad en la habitación de un hospital, residencia o su propia casa. 

El Doctor D. Fernando Carmona, médico de cuidados paliativos en el Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz y Delegado Episcopal de la Pastoral de la Salud de nuestra Diócesis nos ayudará a reflexionar sobre la atención espiritual a los enfermos ante el sufrimiento por la enfermedad.